
Lo cierto es que
hay unas normas mínimas que cumplir, pero si no las conoces, lo primero que hay
que hacer es consultar a otros concurrentes cómo se ha de asistir vestido y
cuáles serán los distintos “hitos” del acto, para que no te sorprenda ninguno
de ellos y te encuentres “descolocado”.
Cuando se es “invitado”
no se es “protagonista”, así que una de las condiciones principales es pasar
desapercibido, nunca recoger la atención de los asistentes, lo cual implica no
destacar por llegar tarde o vestirse con ropa excesivamente llamativa o,
simplemente, por una indumentaria impropia.

A estas anécdotas
se acaba de sumar la del diestro Rafael de Paula, que como protagonista de un
acto, toma la decisión de arremeter contra todo lo que le rodea http://www.elmundo.es/elmundo/2012/09/07/andalucia_malaga/1347019460.htm
Creo que las
personas que tienen que aparecer en actos públicos deben preocuparse de conocer
algunas medidas básicas de protocolo, los profesionales que habitualmente
frecuentamos actos públicos, también debemos formarnos en esta materia y
finalmente, cualquiera que tenga que asistir a un acto público como invitado,
debe hacer las consultas oportunas antes de que llegue el momento.

No hay comentarios:
Publicar un comentario