martes, 31 de agosto de 2010

LA LITURGIA EN EL EJERCICIO DE LA PROFESIÓN

Hace unos días tuve la posibilidad de visitar la Catedral de Ávila. Fue una visita relativamente rápida; sin embargo, al inicio del recorrido me perdí, esto hizo que todo tomara un cariz distinto. Me encontré sólo, en unas dependencias en las que encontré todos los elementos que utilizaron sacerdotes que hace años pasaron por este templo.

Revisando los documentos y enseres utilizados en la liturgia católica pensé que las cosas habían evolucionado, pero las fórmulas actuales no dejaban de ser una liturgia, adaptada a las nuevas necesidades, pero liturgia a fin de cuentas.

Sentado y reflexionando, me di cuenta que todas las profesiones tienen su “liturgia” particular. Todas las profesiones tienen un método, un tiempo, una secuencia de actos, incluso una manera de ir vestidos, una forma de ser presentado el resultado al cliente. El consultor, el mecánico, el fontanero, en inmobiliario, etc. todos tienen un "procedimiento" para recibir al cliente, para entregarle el trabajo realizado, casi utilizan siempre el mismo vocabulario.

Cuando alguien se salta esta “liturgia”, el resultado no es muy bueno, porque de hecho la liturgia es conocimiento acumulado, del que no es bueno renegar sino aprovecharse.

Esta reflexión, finalmente, me llevó a estar más seguro de que trabajar con el método que utilizamos en GESALMED, presentarnos a nuestro cliente siempre con una vestimenta adecuada y mantener un trato muy respetuoso con él, así como el modo en que presentamos los resultados de Selecciones o Consultoría, es mantener la “liturgia” imprescindible.

LITURGIA.- 2. f. Ritual de ceremonias o actos solemnes no religiosos.
(Fuente.- La R.A.E.)

Como siempre estoy a vuestra disposición en smorales@gesalmed.com y en facebook www.facebook.com/sergio.moralesparra

1 comentario:

  1. Yo enlazaría esa benéfica liturgia con el protocolo y el ceremonial que permite saber desenvolverse en cualquier situación y ante cualquier interlocutor, sin caer en situaciones embarazosas que denotan nuestras carencias en el arte relacional. Mucha gente confunde la hipocresía, la cursilada o el fingimiento con la ritualización de la presentación del individuo en sociedad.

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