Hoy, diversas circunstancias del día, han traido a mi memoria una difícil situación que viví hace muchos años y que me hacen ratificarme en el que ha sido el eje de mi vida profesional, el trabajo, el esfuerzo y la lucha diaria.
A principio de la década de los noventa, estuve en una muy difícil situación de salud. La vista era mi punto débil y uno de mis ojos decidió darme un disgusto. El Oftalmólogo que me atendía, que me conocía años y sabía de lo delicado de la situación, me aconsejó un trasplante de córnea inmediato, porque si la situación no cambiaba en horas perdería mi ojo.
Ante la situación, no exento de un auténtico pánico, llegué a un acuerdo con el Oftalmólogo, yo trabajaría durante el día y a ultima hora, cada día me presentaría a que me hicieran una cura, hasta recuperar el ojo.
Recuerdo que este maravilloso Oftalmólogo, al que admiro desde antes de este suceso, se quedó blanco ante mi propuesta y, a pesar de todo, accedió a la misma. Recuerdo que, en su generosidad que agradeceré siempre, me llamó las primeras cuarenta y ocho horas, pensando que la situación iba a ser un desastre al final; sin embargo, los días pasaron, fuí mejorando, el ojo se recuperó en unos meses y al final todo quedó en una cicatriz que hoy sigue siendo visible.
El mismo oftalmólogo, hoy reconocía, en una conversación, que pone mi caso como un ejemplo, tanto de éxito en el tratamiento, como de paciente que genera una estrategia distinta a la propuesta por el médico.
Cuando me preguntaban cuál fue la solución, siempre digo lo mismo, el trabajo. Si no hubiera sido por el trabajo, hoy habría perdido los dos ojos. Sentirse útil, sentir que lo que uno hace tiene sentido, saber que uno puede seguir formando parte de la sociedad, hace que uno supere las adversidades, todas las que se nos pongan por delante.
Hoy el trabajo puede ser un remedio también para todos aquellos que tienen problemas, crisis, retos, etc.
Incluso el que no tiene trabajo debe organizar su tiempo de manera que pueda estar ocupado, sintiéndose útil, a pesar de la situación, y hacer cosas para generar un futuro más atractivo.
En cualquiera de los casos organiza tu día minuto a minuto para saber qué tienes que hacer en cada momento y cuál es el objetivo de cada cosa que haces.
Como siempre a vuestra disposición en smorales@gesalmed.com
Qué importante es la vista y cuanto dependemos de ella. No me puedo imaginar el sentimiento de pánico que sentiría si estuviera expuesto a la probabilidad de perderla. Es admirable que no solo no te dejaras llevar por ese pavor si no que además pudieras usar esa tensión para enfocarte en tu profesión cómo medio para superar el trance. Creo que no solo refleja todo un ejemplo de auto-gestión a la hora de compatibilizar el proceso clínico y la actividad diaria, si no cómo ejemplo de enfoque y templanza. Chapeau Sergio.
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