Tengo la gran suerte de trabajar con una compañera/socia con
la que es fácil reír y sonreír mientras desarrollamos nuestros proyectos. Ambos
tenemos la suerte de trabajar con colaboradores/as con los que es muy fácil
también intercambiar unas sonrisas, incluso unas risas. Todo ello se debe, en
una gran parte, a que cuando tu trabajo te gusta, te diviertes con lo que haces
y esto genera un excelente humor que, además, trae excelentes resultados en la
eficacia y eficiencia.
El buen humor ayuda al optimismo, ayuda a encontrar
soluciones donde otros ven problemas y genera el ambiente de colaborativo
necesario para sumar sinergias, es propicio para generar networking, etc..
¿Por qué cuento todo esto? Pues porque solo hace unas horas que celebrábamos en
el despacho un importante aniversario, para nosotros claro, generando durante
el día un ambiente de FIESTA, adecuado.
Hicimos fotos y las colgamos en Facebook y los comentarios recibidos fueron de congratulaciones por la celebración. Alguno hubo que pidió que ese ambiente y disposición se generalizara algún día en todas las empresas, señal de que tendría alguna carencia de este tipo en su organización.
Esto me hizo reflexionar sobre lo que sucede en otras empresas en la que el empresario se ha mostrado molesto cuando se oyen risas del personal, como si eso supusiera una falta de respeto al trabajo.. Recuerdo, por otro lado, haber oido en alguna charla que al trabajo se va a rendir, que no hace falta ser feliz.
Hicimos fotos y las colgamos en Facebook y los comentarios recibidos fueron de congratulaciones por la celebración. Alguno hubo que pidió que ese ambiente y disposición se generalizara algún día en todas las empresas, señal de que tendría alguna carencia de este tipo en su organización.
Esto me hizo reflexionar sobre lo que sucede en otras empresas en la que el empresario se ha mostrado molesto cuando se oyen risas del personal, como si eso supusiera una falta de respeto al trabajo.. Recuerdo, por otro lado, haber oido en alguna charla que al trabajo se va a rendir, que no hace falta ser feliz.
Mi experiencia personal que, en definitiva para mí es la que vale, es que tengo la satisfacción de haber sido feliz en cada puesto de
trabajo en el que he estado y nunca me ha faltado la sonrisa. Es más, recuerdo
dos situaciones en las que perdí la sonrisa y automáticamente dejé el puesto de
trabajo, porque para llevar felicidad y alegría a tu hogar, a tu pareja, a tus
hijos, es necesario haberla creado durante el día. Recuerda que el trabajo nos
ocupa el mayor número de horas de la vida consciente. No te digo que si no eres feliz en tu trabajo te lances al vacío del desempleo, pero sí que en la medida de lo posible conviene que empieces a dar pasos para encontrar un sitio en el que pensar que ir al trabajo también te genere una sonrisa.
El empleado por cuenta ajena, el
emprendedor, el profesional, necesita ser feliz, porque aunque tenga un sueldo
genial y unos resultados geniales, si no le dejan disfrutar, reírse, tener buen
humor, si está obligado a tener todo el día “cara de perro”, no será feliz y
buscará otras oportunidades y conocemos algún caso que ha evolucionado así, a
pesar de los tiempos tan duros que vivimos.
Por todo lo dicho, GENERA EMPRESAS QUE SONRIAN, las personas
necesitan un ambiente de felicidad, que no te engañe nadie con extrañas
teorías, es un consejo de GESALMED
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