Quiero hoy referirme a unas situaciones que estoy viendo en los últimos tiempos, en los que la necesidad de obtener clientes, nos lleva a transmitir, a parte del mercado, que nuestro trabajo no tiene valor. Ciertos consultores o futuros consultores empiezan su camino, con algunos clientes, ofreciendo el trabajo gratis o, en otros casos, por un precio/hora de risa.
Sin duda, se hace con toda la buena intención hacia el cliente por un lado y, por otro, con el convencimiento de que es una forma de iniciar un camino, tener experiencias como ejemplo para aportarlas a los siguientes clientes.
Voy a dar unos consejos que deben tenerse en cuenta para controlar muy bien este tipo de “inversiones comerciales”:
1. - En todos los casos en los que estemos trabajando hemos de hacerlo bajo lo establecido en un contrato, aunque la contraprestación sea CERO euros. Pero hay que dejar muy claro qué es lo que vamos a hacer, en cuánto tiempo y el importe de los honorarios, insisto, aunque el resultado sea CERO euros.
2. - Debemos siempre darle un valor real a nuestro trabajo y expresarlo en el contrato, por ejemplo, debemos indicar que nuestro precio/hora es de 60 €, indicando posteriormente que, por acuerdo comercial, se establece un abono en el mismo contrato, correspondiente al 50%, 60%... 100%, en fin, lo que se haya decidido. El perceptor de nuestro servicio debe tener claro siempre cuál es el valor del trabajo, aunque él no pague nada porque obtenemos una contraprestación determinada, que permite esta reducción.
3. - Nunca trabajemos para amigos porque son amigos, ni contratemos trabajos a otros en función de la amistad. Lo debemos hacer siempre en atención a una necesidad y a que es la mejor de las opciones profesionales, como consecuencia, se regulará la relación con el contrato al que me he referido en el punto primero.
4. - Determinar el tiempo y el objeto de trabajo es muy importante, porque corremos el riesgo de estar cautivos del trabajo toda la vida. Hay que concluir muy bien y dejar escrito para qué objetivos (alcanzables), nos ponemos a trabajar y, por lo tanto, cuándo se producirá el momento de finalización del contrato.
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- El consultor debe ser un ejemplo de concreción y por lo tanto, con su trabajo, no debe llevar a engaño a ningún cliente, ni caer prisionero de sus contratos él mismo.
Como siempre quedo a vuestra disposición en smorales@gesalmed.com, en www.facebook.com/sergio.moralesparra y en twitter como @gesalmed
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