Sin duda alguna, el “oficio” de JEFE, de Directivo, de Empresario,
de Responsable de Departamento, etc. etc., es decir, de personas que tienen a
su cargo personas, no es nada fácil, no es una tarea que se desarrolla en un
camino de rosas.
Asumir responsabilidades delante del cliente, nos lleva a
derivarlas directamente a nuestro equipo y, como consecuencia, fomentamos, en
muchos casos, el exceso de comunicación fuera de los horarios laborales.
De manera generalizada, en todo el Primer Mundo, existe una
falta de conciencia de que lo que la empresa hace es contratar con una persona
que dedique unas horas de su vida, a
colaborar para el desarrollo de un negocio. Cuando uno analiza algunos casos,
parece que las personas son la vida de la empresa y, como consecuencia, la
empresa es la vida de las personas.
El “asedio” al que muchos empleados se ven abocados en sus
horas privadas, hace obligatorio, el revisar si realmente el empresario está
haciendo las cosas bien. Ninguna actividad justifica que una persona no pueda
decir en la paz de su hogar: “estas horas, estos momentos, son sólo míos”. Esta
práctica abusiva provoca la falta de salud en algunos puestos que terminan
sufriendo una situación de estrés difícilmente recuperable, si no terminan por
abandonar su puesto y sus responsabilidades, en muchos casos con bajas voluntarias, porque uno empieza a pensar, esto no puede terminar con mi vida .
Yo recuerdo que, en mi recorrido profesional, hubo un puesto
de muchísima responsabilidad, que abandoné, con una baja voluntaria, porque me
suponía llegar a mi casa a las diez de la noche y tener que estar disponible,
en ese momento, para cualquier situación y a cualquier hora de la madrugada,
algo que no tenía compensación ni con el excelente sueldo que percibía, que por
cierto, no disfrutaba, lógicamente, además de poner en grave riesgo mi situación familiar.
Hoy se publica una noticia en el diario El Mundo en la que
se dice: LOS JEFES TENDRÁN PROHIBIDO LLAMAR A CUALQUIER HORA A SUS EMPLEADOS ENALEMANIA. Como siempre, los Alemanes van por delante en este tipo de
cuestiones. Algún Ministro de Trabajo se pregunta ¿qué tipo de profesionales
necesitamos en nuestras industrias?, haciendo clara referencia a la eficacia,
frente a la disponibilidad. No se puede estar veinticuatro horas disponible,
porque terminamos cargándonos al excelente profesional que tenemos contratado.
En España, los distintos sectores deben vigilar este
apartado, articular medidas, las que sean necesarias, para que no se confunda
la generosidad que todo empleado ha de tener en el desarrollo de su trabajo,
con la entrega sin condiciones a un sistema que pudiera ser abusivo y terminar siendo "inhumano", en tanto en cuanto es imposible de mantener como situación normal en la vida de cada uno.
Como siempre me tenéis a vuestra disposición en smorales@gesalmed.es
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