domingo, 4 de noviembre de 2018

APORTACIÓN DE LOS CONSULTORES


“Asomarnos a la vida del empresario” es parte del trabajo que hacemos los consultores. Divisar desde nuestra ventana imaginaria, lo que están haciendo, cómo lo están diseñando, el tiempo que dedican a cada cosa, es nuestro trabajo de cada día.

En ocasiones no nos gusta lo que vemos e intentamos ayudarles a que revisen cada apartado de su trabajo, de ese aparente “desorden” que se ve desde fuera, aunque he de reconocer que muchas veces es aparente, porque ellos tienen herramientas en su cerebro, que les inducen a un orden entendible por ellos y sólo por ellos.

Cuento esto hoy, porque hay ocasiones en las que me resulta chocante ver que algunos empresarios esperan que nosotros, los consultores, les “impongamos” un método, nada más lejos de nuestra función. Lo nuestro es ayudarles a mejorar su sistema de trabajo, además de una forma poco intrusiva y generando hábito. De esta forma, cuando no estemos en la empresa, cuando hayamos terminado nuestra función, ellos seguirán realizando el trabajo con el orden que han aprendido y orientados siempre a los resultados que ellos han decidido, no a los que hayamos decidido nosotros.

Cuando el consultor “impone” su forma de hacer las cosas, sus métodos, etc. puede llegar a ser “traumático” en la evolución de la empresa y, como consecuencia, cuando se marcha de la empresa, todo vuelve a su origen, al desorden que inicialmente tenía el empresario. En definitiva, deja muy poco poso.

Hay veces en las que el empresario lo que espera es que nosotros tomemos las decisiones sobre su negocio, esto tampoco es la función de un consultor. Nosotros ayudamos a que ellos tomen las decisiones, les ofrecemos datos, metodología, conocimiento de determinadas áreas, etc. para que sopesen más razones a la hora de decidir sobre algún punto.

En otros casos, el empresario entiende perfectamente nuestra función, se adapta, colabora y trabaja hacia una evolución que considera necesaria y él es el primero que la exige a todo su equipo. Porque esto es muy importante, que su implicación suponga activar a todo su equipo hacia la evolución.

Mi consejo siempre es que el empresario busque un consultor que lo entienda, que muestre conocer hacia dónde el empresario quiere llevar la empresa y que sea capaz de ayudar, aportar, pero nunca imponer, metodología y conocimiento en la empresa.

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